Inventario

 La clase de cuarto ha comenzado la lectura de "Inventario", del autor gaditano Pepe Maestro, gracias al programa "Lecturas Compartidas" de la Biblioteca Pública Provincial. Nada más empezar el libro el autor nos avisa que trae publicidad y advertencias, que pueden ser saltadas si no interesan. Para ello recomienda pintar una raya en el suelo y saltar. Así que, como lectores formales que somos, procedimos a saltarnos la publicidad y lo demás. Aquí incluimos las pruebas:

                     Después de esto, iniciamos la lectura del libro propiamente dicho, con el primer invento: 

          LA CRONOCOMBA

                    El autor nos explica que una comba creada con tiempo si se utiliza para saltar hacia delante                     nos lleva hacia adelante en el tiempo, y hacia atrás si se salta para detrás. Como mi clase es                     descendiente directa de la cueva de Alí Babá saqué una comba que tenía por allí y nos                             dispusimos a comprobar el invento:

                        

Carmen saltó hacia adelante y comprobamos que crecía y se hacía más alta (aunque algunos sospechaban que se había puesto de puntillas).

Martina saltó hacia atrás y parecía haberse hecho más pequeña (hay sospechas de que se estaba agachando).

David dio dos saltos hacia adelante y dos hacia atrás, y se quedó igual que antes.

Marco, Jesús y Ainhoa saltaron sin resultados concluyentes.

¡Sergio saltó hacia atrás y se convirtió en un bebé!

            A la mañana siguiente Carmen nos contó que había soñado con que ya era mayor, y Martina que en un cumpleaños al que fue encontraron un dibujo que había hecho ella de pequeña. 

Cuando fuimos a leer el siguiente invento, nos dimos cuenta que nos faltaban dos páginas por leer de la cronocomba, y decía que si saltas hacia adelante puedes soñar con tu futuro, y si saltas hacia atrás puedes tener recuerdos de tu pasado. Nos quedamos muy asombrados porque ni Carmen ni Martina sabían que ponía eso en el libro cuando contaron lo que les había pasado. Se nos pusieron los pelillos de punta y empezamos a sospechar que Pepe Maestro no era sólo un escritor normal y corriente, aquí había gato encerrado. Empezamos a experimentar saltando dos niños juntos hacia detrás y hacia adelante a ver qué pasaba.

        Hoy nos contaron que habían soñado con sus amigos con los que saltaron. Ya no sabemos si el libro tiene magia o la tenemos nosotros. Sólo sabemos que este libro la está liando, ¡y que estamos deseando seguir leyendo sus inventos!